Visión y Proposito



Nuestra visión y propósito, en perfecta obediencia al mandato de Jesús Nuestro Señor de "DISCERNIR LOS SIGNOS Y SEÑALES DE LOS TIEMPOS", es el difundir los Mensajes que para este tiempo final, Dios Padre esta recordando y explicitando a su Iglesia y al mundo a través de sus dos Ungidos y Testigos, es decir, los CORAZONES UNIDOS Y TRIUNFANTES DE JESÚS Y MARÍA, y así poder contribuir con su plan en el llamado y preparación de los DISCÍPULOS DEL FIN DE LOS TIEMPOS.


En cuanto a las Revelaciones y Profecías Privadas, que se publica en este Blog, en virtud de la derogación de los cánones 1399 y 2318 del Código de Derecho Canónico y de la vigencia del Decreto del Papa Urbano VIII, SOLO AL SANTO MAGISTERIO DE LA IGLESIA CATÓLICA, APOSTÓLICA Y ROMANA le corresponde determinar sus AUTENTICIDAD Y CARÁCTER SOBRENATURAL, a cuya decisión final dócilmente nos sometemos, sin olvidar, a San Pablo que nos exhorta: " No despreciéis las profecías; examinadlo todo y quedaos con lo bueno" 1ra. de Tesalonicenses 5;20 y San Juan Evangelista que nos profetiza: " Pero cuando EL, el Espíritu de la verdad, venga, os guiará a toda la verdad,...... y os hará saber lo que habrá de venir." Jn 16;13.

Sin embargo, ya que, la Iglesia no objeta en principio el difundir estas revelaciones privadas, mientras se las estudia por su contenido y frutos, esperamos que no se las busque por la sola satisfacción de la curiosidad, sino por un deseo VERDADERO DE CONVERSIÓN Y SALVACIÓN para el Alma, traducido en la realización de obras de Misericordia Concretas.

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jueves, 3 de febrero de 2011

Mensajes de la Virgen dados a José Luis Belmonte, Argentina "...Destierren de vuestras mentes y de vuestros cuerpos todo aquello que el ángel desterrado, unido a las fuerzas del mal, con mentiras y engaños os fue llevando y abracen, tomen vuestras cruces besadlas y llevadlas en alto..."

Revelaciones privadas de Santa María

02/02/2011                                                    00:27 Horas.

 Dice Santa María:
Si cada uno de vosotros, amados hijos, comprendieran y entendieran los signos que aparecen en el infinito que cubren muchas veces una gran parte del Universo, si pudieran prestar atención y comprender en el silencio de la noche lo que el murmullo del viento os acerca a cada uno de vosotros, si pudieran aprender que de la luz salen los rayos más poderosos que iluminan vuestras almas y esa luz es aquella que os entregó la vida a cada uno de vosotros y a toda vida, e incluso la Tierray el Universo, si pudieran aprender a comprender y a meditar cada una de las palabras e hicierais un viaje adentro de vuestros mismos cuerpos y os dejarais llevar por la luz del alma rumbo a un lugar donde sólo encontraréis amor, paz y misericordia, si os detuvieran un instante y en ese instante pudieran oír la palabra, la palabra que mi Hijo, vuestro Pastor, el gran Maestro, os viene a decir y os viene a guiar, si pudierais todos vosotros comprender que tenéis que volver a comenzar a caminar, pero tras sus pasos, y volver a la vida, a la vida verdadera, esa vida que os envuelve y os quita de toda tiniebla, de todo dolor, y os enseña a caminar por el sendero rumbo a la tierra fértil y unirse con ella como una semilla que cae sobre la tierra y sus raíces se van extendiendo y crece y se fortalece y se extiende dando un marco de belleza y protección a un mundo que en muchos casos se ha transformado por vosotros mismos en un inmenso desierto, un desierto que os quema y ese inmenso calor traspasa hasta vuestra propia carne trayéndoles dolor y os va separando lentamente de vivir una vida bajo la luz de la esperanza, y esa esperanza es la que os viene a salvar a todos vosotros porque está traída de la mano de vuestra Iglesia, de mi Iglesia, porque en ella os encontraréis protegidos, en ella os encontraréis con vuestro amado Padre, Hijo y Espíritu Santo, en ella seréis escuchados, en ella tendréis un mundo de armonía y paz, en ella podréis vivir una nueva vida llena de luz, y la luz es la fuente inagotable del amor, ese amor que tiene que reinar sobre todos los continentes, o acaso no os podéis dar cuenta que sin amor no hay vida, que sin amor no hay comprensión, que sin amor no viven amados hijitos, hay sólo desiertos inmensos, envidias, codicia, mentira, dolor, nunca os detuvieron a pensar que sin él el mundo no existiría, que sin él todo estaría perdido, todo se perdería en un inmenso abismo de oscuridad y dolor. Vosotros, hijitos míos, podéis comprender lo que os digo, vosotros podéis meditar cada una de mis palabras porque hoy os digo las cosas de una forma diferente para que comprendáis que si no cambian la vida que cada uno de vosotros estáis llevando adelante vosotros mismos os perderéis. Todos creen saber qué es el amor y no os dais cuenta que os confunden con otra palabra que muchos de vosotros dicen en vuestro mundo, cariño, el cariño, pequeños míos, es el que podéis sentir y tener por muchas cosas, pero el amor es sagrado, es aquel que parte desde lo más profundo de vuestros corazones, el amor es la luz que irradian las almas de cada uno de vosotros, el amor es el nacimiento de una nueva vida llena de esperanza, caminando por un camino frondoso, acompañado del canto de las aves bajo un cielo puro y cristalino, el amor está en cada uno de vosotros, es una llama que arde adentro de vuestros pechos y ese amor es para que cuando os dais la paz, si realmente parte de vuestros corazones y es sincera, con ella estáis entregando esa llama que es parte del amor de vuestro Padre, y al unirse con la Llama del Amor de vuestros hermanos, hacéis que en toda la tierra brille la esperanza de un nuevo día y con él el comienzo de una nueva vida basada en los SAGRADOS MANDAMIENTOS, basada en el LIBRO DE LA VERDAD Y LA VIDA y encaminados todos juntos en el gran rebaño, junto a mi morada, al gran encuentro para poner vuestras rodillas sobre la tierra y confesar vuestros pecados, de esa forma seréis libres y recibiréis a mi amado Hijo a través de la Eucaristía, recibiréis el más puro y divino amor. Por eso hoy os pido desde mi corazón de Madre de todos vosotros que ya no os peleéis más, que os detengáis y comiencen entre todos a construir con vuestras propias manos un nuevo mundo, pero un mundo basado en la justicia, la justicia que vuestro Padre os ha enseñado a través de su Hijo, y con ella traigan en vuestras manos la esperanza, y unida a la esperanza una nueva vida, una vida basada en la unidad de todos los pueblos y naciones del mundo. Vosotros sois cada uno hecho a semejanza de mi Señor y como Hijos debéis aprender a ser hombres y mujeres que vivan derramando sobre toda la tierra la semilla que con el tiempo crecerá, y al crecer envolverá los corazones de todos mis pequeños y os irá guiando rumbo a un nuevo mundo, ese mundo donde vivirán en total unidad y total comunión no sólo entre vosotros sino con CRISTO JESÚS. Destierren de vuestras mentes y de vuestros cuerpos todo aquello que el ángel desterrado, unido a las fuerzas del mal, con mentiras y engaños os fue llevando y abracen, tomen vuestras cruces, besadlas y llevadlas en alto todo el sendero que deberéis caminar en demostración que sois verdaderos Hijos del amor, hacedlo, y a través de la oración profunda, meditada, quitarán de vuestro mundo para siempre al ángel desterrado, la batalla estará ganada porque volverá a reinar el amor y él ha de caer en el abismo de la eterna oscuridad para toda la eternidad. Vuelvan tras los pasos de mi Hijo, vuelvan a reunirse en mi morada, acompañad a vuestros Pastores y prepárense para la venida de mi Hijo a vuestras vidas, a vuestro mundo, que toda la tierra se una en un canto a la alegría, que suenen la cítaras y los coros celestiales unidos de las trompetas, anuncien la llegada del MAESTRO, del PASTOR, del REY DE REYES para compartir con cada uno de vosotros sus enseñanzas y entonces volverá a brillar la luz sobre todos los continentes. Nada es imposible amados pequeños, os aseguro, todo lo podéis llevar adelante, todo será luz y volveréis a vivir en total armonía una vida de paz, y os repito, regida por el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo junto a mi Inmaculado Corazón. Vuelvan a caminar unidos, vuelvan ser verdaderos hermanos, vuelvan a ser verdaderos misioneros de la palabra, vuelvan a ser peregrinos sobre la tierra, una tierra que os dará, igual que vuestro Padre, una nueva oportunidad para vivir en armonía y paz. Os amo, recuerden siempre mis palabras, os amo, no hagáis sufrir más a nuestros corazones, no me hagáis derramar más lágrimas de dolor, os amo pequeños míos y he venido a traerles la palabra, he venido a guiarlos hasta que os unan todos y reciban a mi amado HIJO JESÚS. Os amo. Amén.
SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.

01/02/2011                                                    05:00 Horas.

 Dice Santa María:
Hijo mío, un nuevo día ha de comenzar, un nuevo día que llegará cargado de sufrimientos y dolores sobre muchos hermanos vuestros en distintos países en un mundo tan alejado de los Sagrados Mandamientos, en un mundo que desde ya hace muchísimos años ha ingresado en una total agresividad y dolor entre vosotros, ya no  habláis, ya no escucháis las súplicas de aquellos que tanto padecen, de aquellos que nada tienen y que siguen clamando a través de sus voces la libertad para sus vidas, un lugar digno, un lugar donde puedan vivir en armonía y paz, donde los que os tienen que guiar estén siempre unidos a ellos y ellos unidos con su amor a CRISTO JESÚS. Hoy son millones de voces que se levantan en todo el mundo, son millones de pequeños que gritan tratando de ser oídos por aquellos que se encuentran al frente de distintos gobiernos y de distintas religiones y más de la mitad de ellos no los escuchan, no se detienen a guiarlos, a recuperar sus almas y salvarlas del fuego eterno, es como si no tuvieran la obligación de hacerlo. Después miles de voces se levantan y millones de hijos e hijas caminan de un lado para el otro sin saber dónde detenerse, dónde poder ser contenidos, ellos son los que sufren la incomprensión, ellos son los que son castigados sin razón, ellos son los que son sometidos a todos malos tratos y violencias en el mundo, son los que no tienen un trozo de pan para llevar a sus bocas en un mundo que, si os pusierais todos a trabajar y sembraran su inmensa tierra, nadie más tendría que pasar hambre y morir por la falta de alimento, que si se unieran en el eterno amor de CRISTO JESÚS y fueran escuchados por aquellos que se encuentran al frente de mi morada y los condujeran por el sendero del amor se salvarían de perderse entre las tinieblas. Pero pareciera, amados hijitos míos, que muchos de ellos se encuentran muy ocupados buscando avanzar en una carrera que os habéis equivocado, porque el sacerdocio no es una carrera, es una entrega, pero una entrega desde el corazón, desde un alma pura, es aquel que da todo por sus hermanos, es el buen pastor que los cobija y está dispuesto a dar hasta su propia vida por cada uno de ellos, es aquel que siempre está presente en todo momento frente al requerimiento del que llega hasta mi morada en la búsqueda de una palabra, de un acompañamiento, de una caricia y de que los guíen rumbo al encuentro con CRISTO JESÚS. Pero también no debéis esperar que ellos vuelvan sino que tenéis que salir vosotros a su encuentro, tenéis que llevar la palabra, tenéis que hablarle a un mundo que no os diste cuenta necesita de la palabra y necesita confesar sus pecados y recibir a JESÚS a través del SACRAMENTO DEL ALTAR. Qué esperáis amados hijos míos, qué estáis esperando para ser verdaderos misioneros del amor, o no os dais cuenta la necesidad de los pueblos, no basta con las palabras escritas en hojas, es la hora de actuar y tenéis en vuestras manos todo para avanzar y poder llevar adelante la palabra y liberar las almas, romper las ligaduras que no les permiten vivir en un mundo de amor, de esperanza, de justicia, pero si os unen todos vosotros, si volvéis vosotros a evangelizar y hacéis que todos se unan de vuelta y retomen el sendero que os conducirá a la CASA DEL PADRE, allí veréis las conversiones y volveréis a ver un mundo en todo su esplendor, volveréis a ver en el rostro de cada uno de ellos la paz y en su mirada el amor más grande, y ese amor se ha de convertir en luz, y esa luz es la que cegará a través de la oración, del Santo Rosario y de la Coronilla al ángel desterrado. Por eso, en ésta nueva era que ha comenzado tenéis que comenzar a sembrar sobre toda la tierra la semilla de la palabra y hacer que germine y se extienda sobre todos los continentes, tenéis que hacer que el mundo esté unido y la palabra guerra desaparezca de sus mentes, el odio y la mentira, tienen que comenzar a construir un mundo realmente de amor, de paz, de misericordia y caminar juntos, todos juntos por el sendero que mi amado Hijo os dejó marcado. Ya ha comenzado, todos sabéis, una nueva era, la era del amor, la era de la nueva esperanza, porque tenéis que saber que mi amado Hijo ha de descender a vuestro mundo para caminar entre vosotros, para hablarles como el gran Maestro, como el gran Pastor, y conducirlos de esa forma al encuentro con la luz divina del amor y entre todos levantar una nueva nación basada en la Piedra Angular, y sobre esa misma piedra levantar la Iglesia sencilla y humilde que nosotros, amados hijitos, deseamos, una Iglesia que esté presente en todo lugar del mundo, una Iglesia que os cobije y os escuche, una Iglesia peregrina y misionera, porque a través de las misiones estaréis en contacto con el dolor y con el sufrimiento, estaréis presentes al lado de aquellos que se encuentran enfermos del cuerpo y del alma y sanarán sus heridas y serán un bálsamo para sus vidas. No podéis seguir viviendo en un mundo donde la mentira, la falsedad, el odio y la envidia gobiernan la mitad de las vidas de mis pequeños junto a la ambición, tienen que volver al comienzo, y el comienzo lo encontraréis en el Libro de la Verdad y la Vida, en las palabras sencillas que os doy a cada uno de mis hijos e hijas en el mundo enseñándoles el sendero por el cual vosotros tenéis que caminar, no podéis vivir en la total oscuridad, no podéis dejaros llevar por las tentaciones, no permitáis ya más que os alejen de mi morada, de nuestro amor, de vuestra casa donde estaremos unidos, donde he de escuchar vuestras peticiones, donde deseo con todo el corazón que lleguéis hasta mí con vuestros pedidos y yo, Madre de todos e intercesora ante mi amado Señor, os prometo que he de depositar todo lo que me pidáis a sus pies y vuestro Padre, fuente inagotable del amor, os ha de conceder la paz y la armonía a vuestras almas. Os ruego vuelvan todos a caminar unidos, vuelvan todos a caminar de la mano, vuelvan a la oración y glorifiquen el nombre de CRISTO JESÚS, preparaos para recibirlo como Él se merece, el mundo tiene que ser una verdadera fiesta, y esa fiesta tiene que ser llevada de la mano de un pueblo que está sediento de oír la palabra, esa palabra que CRISTO JESÚS con su infinito amor ha de decirles a todos vosotros y ha de acompañarlos por un mundo de armonía y paz. Únanse pequeños míos, no pueden haber más divisiones, no puede estar fisurada mi amada Iglesia por apetencias de un conjunto de hombres, tienen que estar unidos y cumpliendo por lo que vosotros dieron sus votos, por sus rebaños y la entrega desde el corazón a CRISTO JESÚS, vuelvan a reunir al gran rebaño, sé que han de volver al sendero, sé también de todos aquellos monjes, misioneros y misioneras que luchan día a día en los distintos países de vuestro mundo y que muchos de ellos son perseguidos y les quitaron sus vidas, veo a mis Hijas en todo lugar donde hay enfermos cuidándolos y están siempre en oración. Os amo, sé que son muy pocos los que se han desviado pero también quiero que sepáis que os perdonamos y os llamamos de vuelta a que vengáis a la casa de VUESTRO PADRE Y OS DEIS CUENTA QUE VOSOTROS COMO PASTORES ESTÁIS PARA SERVIR Y NO PARA SER SERVIDOS, QUE SEAN HUMILDES, PERO HUMILDES HIJOS, Y MIS MORADAS ESTÉN ABIERTAS DÍA Y NOCHE PARA AQUELLOS QUE NECESITAN DE CADA UNO DE VOSOTROS. No temáis, nada os pasará, yo estoy junto a mi Hijo al lado de cada uno de vosotros, vuelvan, os ruego, a caminar por las calles llevando la palabra, llevando mi imagen y la de mi Hijo, rezando en todo lugar para que el gran pueblo de DIOS se una y caminen rumbo a la luz. Amén.


SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.
01/02/2011                                                    01:00 Horas.

Mensaje especial
José Luis:
Madre, muchas veces me pregunto cuál es el momento y cómo es para poder decirle al mundo realmente el camino y cómo hacerlo, quizás en todos estos años, en estos tiempos en donde no he permitido que vieran la verdadera realidad a través de mi persona, para que no pudieran descubrir este amor que siento por todo ser viviente sobre la tierra y quizás también para no sentir más el sufrimiento que muchos me hicieron pasar al descubrir que no tenía ese carácter fuerte que muchos pensaron en un momento que tenía y cómo me presentaba frente a ellos por temor a ser más lastimado de lo que ya me habían hecho. Es difícil poder decir lo que uno siente, es difícil poder sobrellevar cargas pesadas e ir avanzando, pero sí me di cuenta que mi destino estaba marcado al avanzar llevando la más hermosa carga que cualquier ser humano que habite este mundo podría llevar que es la cruz sobre mis hombros, una cruz que amo, una cruz que trato en todo momento de llevarla en lo más alto, aunque sabes que muchas veces me pesa y otras tengo miedo de hacer algo que esté mal y pueda ocasionar dolor, jamás me he negado a hacer algo y jamás me negaré, pero me es difícil muchas veces llevar adelante lo que me has pedido, pero también sabes Madre y tú, amado CRISTO JESÚS, que he de dar mi vida si es necesario por mi amada Iglesia y por ustedes y por aquellos pastores que realmente están en el sendero de la luz.
Dice Santa María:
Hijo mío, siempre os dijimos que el sendero era difícil y que muchos de mis pequeños, e incluso de mis Hijos, saldrían a vuestros pasos como lobos hambrientos a atacaros, sé que no te quieren a ti ni a ninguno de los hijitos e hijitas que hemos elegido para llevar adelante nuestras palabras y nuestros mensajes a un mundo que ya está tan separado de las Sagradas Palabras y de la verdadera fe, y que tienes que caminar mucho y luchar a través del amor porque, hijo, el amor es la fuerza más grande que hay, el amor es la luz divina que ilumina vuestro mundo, el amor es emanado del Corazón Inmaculado de mi Hijo y a través de Él os irá marcando como fue hasta este momento todo el sendero más allá de los ataques, más allá del sufrimiento y de los momentos de dudas que tú habéis tenido como tus otros hermanos y hermanas en distintos lugares de vuestro mundo, pero tenéis que comprender que tienen que seguir avanzando y caminando aunque sea paso a paso cada día hasta llegar a los corazones de aquellos que se alejaron, de aquellos que están apartados y están perdidos entre una inmensa tiniebla. Tenéis que comprender que podréis llevar adelante vuestra misión, una misión de justicia, de misericordia y de amor unidos siempre a mi morada, a vuestros hermanos, aquellos que como tú están en todo el mundo y junto a vuestros Pastores, aquellos que están decididos a dar como tú vuestra propia vida en la defensa de la verdad, y la verdad es CRISTO JESÚS y el amor, porque Él es la luz unido al Padre y al Espíritu Santo. No temáis, nosotros estamos a vuestro lado, estamos acompañándote paso a paso, os estamos marcando el sendero, y tú íd por el sendero de la luz, os dije que en ésta nueva era que ha comenzado la labor sería muy intensa y no sólo eso, sería muy pesada en muchos momentos, os espera ir junto a vuestros hermanos al frente de una nueva pero muy profunda evangelización para salvar millones de almas que hasta este preciso momento se encuentran totalmente perdidas porque fueron llevadas con engaños y con mentiras por las fuerzas del mal y por el ángel desterrado para mostrarles un mundo diferente en donde pueden hacer lo que deseen, y de esa forma hacerlos caer en los pecados más terribles que un hijo o hija pueden cometer. Yo, como MADRE de todos vosotros y MADRE de mi amada IGLESIA, como INTERCESORA y CAPITANA DE LAS FUERZAS CELESTIALES, os pido que comencéis a ir al frente junto a vuestros hermanos y llevad en vuestras manos la Llama que se encuentra adentro de vuestro corazón, la Llama más pura del amor, id al encuentro de los pueblos, id al encuentro de todos aquellos que necesitan una palabra, una caricia, sentir que son amados y que CRISTO JESÚS y yo, vuestra MADRE, LOS AMAMOS y CUIDAMOS también de cada uno de ellos. No temáis, no os encontráis solos, ni tú ni ninguno de vuestros hermanos, nada os ha de pasar, todo lo contrario, seréis una inmensa luz en el sendero de la oscuridad para millones de almas, y dile a todos mis pequeños que a través tuyo escuchen mis palabras, que he venido a vuestro mundo para prepararlos para el gran encuentro con mi amado Hijo, que Él muy pronto ha de venir y ha de descender del REINO DE LOS CIELOS para acompañarlos y guiarlos COMO EL GRAN PASTOR QUE ES, Y HA DE APASENTAR A SUS REBAÑOS, EL HA DE GUIARLOS POR VALLES FÉRTILES Y LLENOS DE ARMONÍA Y PAZ.
Dice Cristo Jesús:
HERMANO MÍO, ESCUCHAD LA VOZ DE MI MADRE, SEGUID SUS PALABRAS Y ENSEÑADLE AL MUNDO QUE ELLA ESTÁ LLEVANDO ADELANTE, COMO SIEMPRE LO HA HECHO, LA VOZ DEL AMOR, PORQUE ELLA ES AMOR Y SU CORAZÓN EMANA AMOR POR CADA UNO DE SUS PEQUEÑOS. Tenéis que comprender del dolor que siente en su corazón al verlos que os encontráis sumergidos entre las tinieblas, que muchos de mis hermanos y hermanas no la quieren reconocer como intercesora frente a mi Padre, que no la reconocen ni como Madre de vosotros y tampoco como MADRE Y SEÑORA DE MI AMADA IGLESIA. Hermano mío, tu sabéis bien que algunos Pastores no la reconocen, que no quieren proclamarla, y si lo hacen no lo sienten en sus corazones, entonces tenéis que comprender que todos vosotros, aquellos que fueron elegidos, tienen que hacer que comprendan, pero no atacándolos porque si los atacáis me estaréis atacando a mí, no os olvidéis que están confundidos, que son hombres y que también pueden estar tentados, pero al final triunfará la justicia, y la justicia es la base fundamental de la comprensión, de la misericordia, de la paz, esa paz que hoy, hermano mío, carece en muchos de sus corazones. Sé que ellos me aman, pero están confundidos, tenéis tú y vuestros hermanos que apoyarlos y hacerles comprender que tienen que unirse, que cuando descienda a vuestra tierra, a vuestro mundo, os quiero guiar como PASTOR, pero para eso tenéis que estar unidos y os tengo que encontrar con un alma pura y cristalina, en ella no puede haber ningún pecado, por eso mi Madre os pide confesión para liberarse de todas las ataduras, para que brille la luz del amor que os fue dada por mi Padre al nacer y Yo pueda ingresar adentro de cada una de ellas y de esa forma levantar un nuevo mundo hoy en la unidad como siempre ha sido de mi amado Padre, Yo, Hijo, y Espíritu Santo, somos los tres uno sólo y el mundo lo tiene que comprender y de nuestro corazón emanamos la luz, pero esa luz es amor, es misericordia, es paz, es unidad y está basada en la más pura verdad. No debéis ninguno de vosotros permitir que nada ni nadie pueda seguir separándolos, tienen que comenzar a unir al gran rebaño, por eso os ruego hermanos míos, venid a mi encuentro, pedid perdón, si sabéis que seréis perdonados, vivan libres y sean luz para un nuevo mundo, sean mi Iglesia, una Iglesia sencilla, humilde, pero llena de luz, y esa luz sea la que ha de marcar el nuevo reino en la tierra como lo es en el REINO DE LOS CIELOS. Amaos, hermanos, unos a otros, pero también deberéis aprender a amaros vosotros mismos, y cuando sientan adentro de vuestros corazones ese amor con una fuerza que pareciera que ya no os queda lugar, salid a dar la paz, y en esa paz han de inundar los corazones de todos mis hermanos y la nueva nación nacerá porque veréis grandes conversiones y veréis la gran cruz sobre todo el cielo y las estrellas durante día y noche brillarán anunciando mi llegada a vuestro mundo para hablarles y guiarlos rumbo a la tierra prometida, esa tierra, hermano mío, es en la que tú vives, es donde veréis llegar de todos los rincones del mundo a vuestros hermanos, a los peregrinos, en la búsqueda del gran encuentro, en la búsqueda de la unidad, y junto a la unidad la luz divina del amor. Os pido comunicad al mundo mi palabra, la palabra de mi amada Madre y la eterna bendición del Espíritu Santo sobre todos vosotros, pronto escucharéis a los coros celestiales anunciando mi llegada, veréis abrirse las puertas del cielo y, acompañado por los Ángeles y Arcángeles, he de llegar junto a cada uno de los Ángeles Guardianes de vosotros para caminar rumbo a un mundo de armonía y paz. Hermanos, os dejo la eterna bendición desde mi INMACULADO CORAZÓN a cada uno de vosotros.
Dice Santa María:
Hijo, hoy estamos a vuestro lado como siempre y tú lo sabes muy bien, no tiene que importarte lo que puedan pensar algunos de vuestros hermanos, sólo os tienen que importar las almas que hoy están perdidas y tenéis que ir a rescatarlas de las garras del ángel desterrado y traedlas rumbo a la CASA DEL PADRE, junto a mi corazón de Madre y junto a la luz divina de CRISTO JESÚS. Amado hijo, hoy estamos juntos dándote este mensaje sencillo y en total humildad para que lo entreguéis a todas las criaturas que habitan la tierra y todo el Universo, acordaos de lo que hoy os pido y sigue caminando, sigue avanzando, no os detengáis y cuidad de todos aquellos que se encuentran enfermos y estad a su lado, poned vuestras manos sobre ellos y la luz del amor sanará sus cuerpos y sus llagas, todas las heridas se han de cerrar y volverán a vivir en armonía y eterna paz. Hijo, que el mundo pueda leer este mensaje que te hemos dado en este día, que el mundo medite de él, que el mundo entero rece el SANTO ROSARIO, que recen la CORONILLA, que vengan a mi morada y reciban diariamente el Cuerpo y la Sangre de mi Hijo después de una profunda confesión, libérense de las fuerzas del mal, haced ayuno y os ruego pedid por las almas del purgatorio, pedid por cada una de ellas para que puedan elevarse al REINO DE LOS CIELOS, os pido seguid, avanzad. Os amo hijitos míos, os amamos, os dejo junto a CRISTO JESÚS NUESTRA ETERNA BENDICIÓN Y NUESTRO ETERNO AMOR. AMÉN.
José Luis:
Madre, amado Hermano mío, nunca dejaré de seguir el sendero que un día di mi palabra de cumplir, no hay nada más grande en el mundo que el amor por vosotros, los amo y les prometo dar si es necesario mi vida por ustedes, les aseguro que nadie podrá detenerme y que lucharé a través de la verdad, del amor y de la justicia hasta el último momento que quede en este humilde cuerpo la fuerza y el aliento para encontrarme entre mis hermanos y hermanas que tanto amo. Los quiero y saben bien y pido perdón a todos aquellos que quizás un día ofendí o contesté mal, pido perdón desde lo más profundo de mi corazón a todos y especialmente a aquellos Pastores que no supe comprender y que hoy sé que poseen todo el derecho de desconfiar y de meditar antes de decirles a sus rebaños que lo que les voy entregando día a día nada me pertenece sino que es de CRISTO JESÚS y María Madre. Los amo y reitero, les pido perdón desde mi humilde corazón y les digo que sólo quiero lo mejor para toda mi amada Iglesia Católica, Apostólica y Romana.


SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA Y CRISTO JESÚS.

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