Visión y Proposito



Nuestra visión y propósito, en perfecta obediencia al mandato de Jesús Nuestro Señor de "DISCERNIR LOS SIGNOS Y SEÑALES DE LOS TIEMPOS", es el difundir los Mensajes que para este tiempo final, Dios Padre esta recordando y explicitando a su Iglesia y al mundo a través de sus dos Ungidos y Testigos, es decir, los CORAZONES UNIDOS Y TRIUNFANTES DE JESÚS Y MARÍA, y así poder contribuir con su plan en el llamado y preparación de los DISCÍPULOS DEL FIN DE LOS TIEMPOS.


En cuanto a las Revelaciones y Profecías Privadas, que se publica en este Blog, en virtud de la derogación de los cánones 1399 y 2318 del Código de Derecho Canónico y de la vigencia del Decreto del Papa Urbano VIII, SOLO AL SANTO MAGISTERIO DE LA IGLESIA CATÓLICA, APOSTÓLICA Y ROMANA le corresponde determinar sus AUTENTICIDAD Y CARÁCTER SOBRENATURAL, a cuya decisión final dócilmente nos sometemos, sin olvidar, a San Pablo que nos exhorta: " No despreciéis las profecías; examinadlo todo y quedaos con lo bueno" 1ra. de Tesalonicenses 5;20 y San Juan Evangelista que nos profetiza: " Pero cuando EL, el Espíritu de la verdad, venga, os guiará a toda la verdad,...... y os hará saber lo que habrá de venir." Jn 16;13.

Sin embargo, ya que, la Iglesia no objeta en principio el difundir estas revelaciones privadas, mientras se las estudia por su contenido y frutos, esperamos que no se las busque por la sola satisfacción de la curiosidad, sino por un deseo VERDADERO DE CONVERSIÓN Y SALVACIÓN para el Alma, traducido en la realización de obras de Misericordia Concretas.

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lunes, 2 de abril de 2012

Escrito de Luis Eduardo López Padilla "...En este tiempo serán de tal magnitud las catástrofes naturales, que “La tierra se convertirá en un lugar difícil y peligroso para la vida”...

Una de las maneras en que el Demonio se ha asegurado de restarle fuerza y credibilidad al Mensaje de la Santísima Virgen María de estos tiempos, ha sido suscitando falsas manifestaciones y revelaciones.

Se pudiera decir que existe una exagerada "revelación privada" consistente en mensajes vanos y superficiales, donde se mezcla la verdad con el error, lo preternatural con la inspiración meramente humana, y donde no está Dios presente. Esto ha provocado que entre los fieles se suscite una actitud superficial y de cierta suficiencia al leer un determinado mensaje que viene supuestamente del Cielo. Son tantos y tantos los mensajes que se difunden por ahí que los verdaderos y auténticos de origen sobrenatural pierden su eficacia y propósito espiritual.

De ahí la importancia de saber discernir cuáles son aquellas manifestaciones que son realmente de origen divino y que deberán de caracterizarse, además de los signos sobrenaturales y milagros que puedan rodear a la manifestación en particular, la coincidencia con la enseñanza del evangelio y de una manera muy especial, el llamado a la oración, al sacrificio, a la penitencia, con atención al ayuno, y esencialmente un llamado a la participación de los sacramentos, prioritariamente a la Eucaristía, así como la fidelidad a la Iglesia, al camino verdadero que conduce al Padre y que tiene a María como Madre.

Con este criterio, y haciendo un análisis puntual y asertivo de algunas revelaciones, paso a clarificar algunos eventos que sucesiva y vertiginosamente irán transcurriendo en los próximos meses y años, así como un vistazo al momento y estado actual.

Disiento

Disiento de algunos intérpretes, analistas y estudiosos de los mensajes, que quieren ver ya este año o el próximo al Anticristo en escena, o que vislumbran la Segunda Venida de Cristo para el 2017, centenario de Fátima, etc. pero la verdad es que aún cuando son inminentes ciertos hechos, aún falta el desarrollo de ciertas líneas de orden económico, político, natural, moral y religiosos para llegar al punto de quiebre.

Insensibilidad al Mundo Espiritual

En primer lugar, conviene decir que la humanidad está sumida en tal apego a los bienes de este mundo que le ha llevado a los hombres a ser totalmente inconscientes e insensibles de lo que es y de lo que significa la vida espiritual.

El hombre es un ser trino: cuerpo, alma (espíritu de Dios) y entendimiento. No obstante, esta realidad es ignorada pues el ser humano solo busca la satisfacción de su cuerpo, excepcionalmente de su alma. Esto se agrava por el hecho de que aún los que se dicen ser fieles, los que se nombran cristianos creyentes y particularmente sacerdotes y religiosos – de ahí que sean seguidores de Jesucristo – también se han llenado de indiferencia hasta el extremo de perder realmente la fe, al menos la fe que debiera traducirse en obras.

Humanismo y Sentimentalismo

Uno de los grandes males dentro de la vida espiritual es el llamado humanismo y sentimentalismo que pretende suplir la vida sobrenatural. Es decir, se llega a asociar el crecimiento espiritual con asuntos de sentimientos, emociones, sensaciones, motivaciones, etc. que no tienen nada que ver con lo que es una verdadera y sólida vida espiritual centrada en Cristo y sus mandamientos, que exigen violencia interior para saber negarnos a nosotros mismos, tomar la cruz según las circunstancias de vida de cada uno y poder seguir a Jesucristo. Este humanismo ha hecho un gran daño dentro de la relación del hombre con Dios. Es un concepto equivocado del amor a Dios.

Olvido del Mundo Sobrenatural y Eterna

Por su parte, el hombre de hoy se le ha olvidado que existe una vida sobrenatural que es mucho más palpable que esta vida terrena. Que la verdadera vida aún no comienza, y que deberá de comenzar para los que son fieles en el momento al que los hombres llaman muerte. Este dramático olvido, ya consciente o inconscientemente, se traduce en desastrosas consecuencias, pues el hombre camina por esta vida como si todo se resolviera y finiquitara aquí abajo, sin hacer méritos para la vida eterna. Más aún, este olvido de la vida sobrenatural está llevando a que muchas almas la pierdan para toda la eternidad, siendo esto la principal preocupación, angustia y dolor de Nuestra Madre, la Santísima Virgen.

Asimismo, la Santísima Virgen en su Mensaje nos solicita que volvamos a anunciar la Buena Nueva del Evangelio, en lo particular la existencia de la Vida después de la muerte, que es la verdadera vida y la razón única y última de nuestro existir. Pero esta Vida sobrenatural, aún cuando de manera muy limitada podemos percibir en nuestra vida terrena, es mucho más palpable, mucho más auténtica, mucho más real, mucho más sólida que lo que conocemos en nuestra vida diaria. El mundo sobrenatural es toda una realidad de perfección de la que participan los hombres que ya han alcanzado el Cielo para siempre, con los ángeles fieles y junto con María Santísima y la Trinidad Santa y Perfecta de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Todo esto es como un revulsivo que nos debe llevar a detener el tiempo dentro de nuestra vida llena de pendientes, compromisos, preocupaciones, deseos, apegos y demás distracciones que se nos olvida que sólo una cosa es importante en nuestra vida terrena: salvar el alma y participar de Dios para siempre. El demonio ha sido muy hábil para anestesiar nuestra conciencia y hacerla prácticamente insensible al mundo de Dios, a lo sobrenatural y nos confunde haciéndonos creer que lo importante está aquí abajo; pero esto no es lo más grave, sino que ha sabido ofrecernos los bienes de este mundo, tales como el poder, la fama, la gloria, el dinero, el honor, etc. pero siempre anteponiéndolos al interés de Dios y arrastrándonos a ofenderlo gravemente por violar sus santos mandamientos.

Confusión en la Ley Moral y Natural

Uno de los signos de nuestro tiempo es la confusión que existe en los diversos órdenes de la vida, particularmente en el ámbito de la ley moral y la ley natural, habiéndose consolidado un sinnúmero de errores filosóficos que han llevado al hombre a perder la luz de la verdad, del evangelio y del orden establecido por el Padre. Estos graves errores se vienen arrastrando desde hace varios siglos, cuando la filosofía comenzó a darle un valor exclusivo a la ciencia y particularmente a la razón, llevando consigo el establecer como único criterio de verdad la inteligencia humana. Y así fueron surgiendo desviaciones de las que hoy estamos cosechando sus amargos frutos, tales como el liberalismo, el naturalismo, el racionalismo religioso, el positivismo, el secularismo, el humanismo secular, el indiferentismo, el individualismo, el socialismo, el comunismo, el liberalismo teológico, el feminismo radical, el agnosticismo, el ateísmo, el panteísmo, y todas las ideas que se aglutinan en el movimiento conocido como la New Age. Todo esto deriva en las ideas equivocadas sobre Dios, Jesucristo, la Iglesia, el pontificado, el dogma, la moral y los sacramentos. Pero lo más grave es que muchos pastores de la Iglesia promueven estas extrañas creencias y nuevas filosofías. Por eso la Santísima Virgen nos llama a voltear nuestra mirada al Santo Padre, pues su doctrina verdadera será una especial ayuda del Cielo en medio de tantos y tantos errores y oscuridad que invaden al mundo y a la Iglesia.

La Virgen nos hace un llamado a vivir una vida de mayor compromiso cristiano concretado en una diligente labor apostólica, pues muchas almas perecen también por falta de conocimiento.

Estamos en la encrucijada del fin de los tiempos y grandes acontecimientos nunca antes vistos están por suceder; mayormente serán éstos facilitadores de que un mayor número de almas se pierda, pues estamos ante una lucha no sólo entre los hombres sino también en el orden espiritual, entre la luz y las tinieblas, y esto pasa desapercibido en la inmensa mayoría de los hombres.

Grandes Sufrimientos provocado por Catástrofes Naturales

Como consecuencia del pecado de los hombres, la mano todopoderosa de Dios pegará con fuerza y grandes catástrofes están por venir, que serán causantes de mucho sufrimiento. Este es necesario para poder purificar, reparar, convertir y equilibrar el fiel de la balanza de la Justicia de Dios.

Las catástrofes traerán como resultado afectaciones en el orden de la economía, carestía de alimentos y el hambre en el mundo. En un momento dado parecerá que los males en el mundo se solucionan, pero será aparente, pues luego se volverá peor que al principio. Por todo esto, la hambruna se convertirá en un verdadero jinete del Apocalipsis.

El hombre de hoy no entiende que su alejamiento a las normas y directrices del cielo atraen la ira Divina. Dios no creó al hombre para que sufriera y muriera, pero el pecado se erige como la causa de los grandes sufrimientos y dolores en el mundo, unos provocados por la mano del hombre y otros por la rebelión de la naturaleza. De ahí la necesidad de rezar también por la paz del mundo. En este tiempo serán de tal magnitud las catástrofes naturales, que "La tierra se convertirá en un lugar difícil y peligroso para la vida".

Enfermedad Mundial

Otro sello del Apocalipsis se abrirá, el caballo amarillo, expresión de las enfermedades y pestes. Una enfermedad mundial será causa de gran mortandad. Simplemente no habrá cura, pero serán protegidos los que se han dedicado a tiempo y destiempo a edificar su aposento, su alma, pues su oración y sacrificio hará que no los toque la mano de Dios. Esta terrible enfermedad se extenderá de uno y otro lado de la tierra y no habrá descanso ni alivio.

Mal uso de la Ciencia

En los últimos tiempos los hombres han ignorado de diversas maneras el orden establecido por el Padre, orden establecido desde el principio; así, el mal uso de la libertad humana ha hecho que la humanidad camine por senderos contrarios al querer de Dios y aún a la misma naturaleza. Desde el Génesis se establece cómo el mal se extendió por toda la tierra, y a tal punto fue el desorden que la Escritura dice que "viendo Yahvé que era grande la maldad del hombre sobre la tierra... arrepintióse Yahvé de haber hecho el hombre en la tierra, y se dolió en su corazón". Y fue entonces que decidió "exterminar de sobre la faz de la tierra al hombre. que había creado". (6, 5-6). Así pues, de la misma manera que Dios decidió mandar el Diluvio por los abominables pecados que los hombres cometían por querer ser como Dios, se volverá a llegar a este extremo en que mediante la manipulación genética y clonación de células humanas y animales, la soberbia humana pretenderá remedar la Creación divina sin tener autoridad para ello; por lo que las consecuencias serán desastrosas para toda la humanidad, tanto físicas como morales.

División de la Iglesia

La Iglesia y la humanidad serán duramente probadas. La Virgen nos ha pedido que permanezcamos firmes en el Verdadero Camino, en la Iglesia de Su Hijo, pues pronto surgirá un camino falso que pretenderá conducir erróneamente a los fieles al Padre. Pero el Camino Verdadero será aquel que proclame a María como Madre de ese Camino.

Existe un plan para atacar a la Iglesia, para que la verdadera fe no ilumine más. Es un plan concertado de enemigos que están dentro de la Iglesia.

Por su parte, la humanidad pasará también por su gran prueba. Todo esto causará desasosiego espiritual y destrucción material, y Ella nos advierte que será pronto, más mañana que hoy, es decir, que lo que está ocurriendo ahora en todos los órdenes de la vida no es todavía lo que habremos de padecer. Será peor. De ahí la insistencia de que mantengamos prendido nuestro cirio, símbolo de nuestra fe y entrega, que finalmente serán las que iluminarán nuestro alrededor, a nuestros hogares y familias, a nuestra alma.

La prueba será tan grande que "será como si el infierno se hubiera posado sobre la tierra", porque los demonios tendrán libre juego sobre la naturaleza y sobre las personas que no hayan edificado su aposento.

Guerra entre Naciones

Una guerra involucrará varias naciones, motivados estos conflictos por varias causas: la libertad y la esclavitud, o sea, el propósito de sometimiento de los más pobres y débiles ante los poderosos; entre los que defienden la vida y los que promueven la cultura de la muerte; el odio y el egoísmo entre los hombres causantes de todo mal; y también por causas más allá de lo natural, donde el demonio utilizando a las naciones y a los hombres desencadenará una lucha contra la Iglesia.

La bandera quedará sin asta pues naciones serán conquistadas por otras, y el ruido de la guerra dejará sordos a los que ya ciegos son incapaces de ver el gran peligro que acecha. Y todo esto sucederá al amanecer del día de la verdad, pues algo desenmascarará la mentira que revelará lo que se ocultó por largo tiempo.

Dentro de las catástrofes que vendrán pronto, un fenómeno cósmico vendrá de arriba, causando desgracias, desasosiego y angustia entre los hombres.

Si nos convertimos...

Mientras los hombres no se conviertan totalmente en su corazón a Nuestro Señor, todo bien aparente en el orden material será pasajero. Habrá un tiempo breve en que parecerá que todos los males de toda índole se solucionan, pero será un engaño.

Todo mensaje del Cielo no pretende llenarnos de temor, sino de tomar conciencia de nuestra responsabilidad ante Dios por nuestros actos. En la medida de nuestra entrega todos los eventos pueden ser mitigados y acortados, y algunos suprimidos, pero esto depende de la respuesta de la humanidad. De lo contrario habremos de enfrentar todo lo que ha sido anunciado, y desafortunadamente los hechos apuntan a que la respuesta humana ha sido muy pobre.

El plan de entrega y crecimiento espiritual hacen referencia a la oración disciplinada, al rezo del santo rosario diario, al ayuno frecuente, a una vida de penitencia y sacrificio, a una práctica de la mortificación de los sentidos y particularmente a la participación de los sacramentos, especialmente a la Eucaristía, que deberá llevar al apostolado firme, constante y diligente en busca de la conversión de las almas. Estas son las armas que tenemos a nuestro alcance. De nosotros depende el futuro material y espiritual de la humanidad.

Quien luche realmente por practicar las virtudes podrá verdaderamente superar los odios, rencores, resentimientos, en fin, todo egoísmo que es causa de conflictos y divisiones entre los pueblos y nuestras familias.

Obras son amores y no buenas razones. El riesgo de muchos hombres que se dicen ser católicos es que lo son sólo de nombre. Profesan en el mejor de los casos una fe en Cristo, en su Iglesia, en su magisterio, en la Virgen Santísima, pero no llevan a la práctica su fe más que a través de la misa dominical, las más de las veces poco atenta e incompleta. Pero la exigencia y más en estos tiempos debe ser absoluta. Hay que amar a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con toda nuestra mente y con todas nuestras fuerzas. Es decir, Dios como prioridad en nuestras vidas.

No obstante, triunfará el Amor

Es una profecía incondicional de la victoria del amor-sacrificio. El verdadero amor no puede hacerse realidad sin sacrificio. La ecuación matemática es simple: amor es igual a sacrificio. ¿Cuánto amamos a Dios? La respuesta sería cuál es la capacidad de sacrificio que tengo por ese amor. Según la respuesta dada sabremos cuánto amor a Dios tenemos. Hoy que tanto se pondera "el amor", resulta mandatorio recordar y tener presente que el amor a Dios debe estar ligado al sacrificio, de ahí que no hay mayor amor que el que da la vida por los demás, y el mejor ejemplo es Jesucristo. Por eso Él nos dijo: "el que quiera venir en pos de Mi, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame". Otro concepto de "amor" sería sinónimo de egoísmo.

La Santísima Virgen nos promete protegernos del maligno y de todos los males que vendrán y particularmente nos promete la salvación eterna si cumplimos con todo aquello que nos pide su Hijo Jesucristo, que se reduce al fiel cumplimiento de sus mandamientos.

Dios Trino y Su creación (los cuatro elementos de la naturaleza: fuego, tierra, agua y aire) son la Plenitud eterna. La creación de Dios es sublime y santa y está llamada a quedar "liberada de la servidumbre de la corrupción", y en su momento, dar gloria a Dios; pero ahora el pecado la ha herido y se volcará, por permisión de Su Creador, en contra del hombre. Por eso "el sufrimiento será necesario, la oración y el sacrificio mandatorios". Pero en este obrar de Dios seremos protegidos si hemos recibido en nuestro corazón y en nuestra casa el amor de Dios Uno y Trino.

El Arco iris multicolor nos recuerda el que está ante el Trono de Dios según relata el Apocalipsis, y refleja que se hará realidad en la tierra el Reino de Cristo, reino de siete colores, prismático en que se descompone la luz blanca de la perfección, Luz de Luz, Dios de Dios. Es una promesa que se ha hecho, que se juró ante quien vive en los Cielos y reina en la tierra, que incluye la de María, la del Señor Jesús.

María está trabajando y su Plan de cumplirá. Surgirán los Nuevos Apóstoles y algunos dentro de un proceso místico y sobrenatural contribuirán a un fuerte impulso del crecimiento espiritual hacia la Perfección, para que este ser corruptible se transforme en incorruptible. Un gran misterio se descubrirá…Seguiremos con el tema.

Luis Eduardo López Padilla
17 de Marzo del 2012
www.apocalipsismariano.com

2 comentarios:

  1. Con todo respeto....ME PARECE ESTIMADO LUIS EDUARDO, QUE SE VA A LLEVAR UNA SORPRESA RESPECTO A LOS TIEMPOS DE LOS HECHOS A SUCEDER....Bendiciones.Mirta

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